José G. Márquez es un pichón de periodista que padece un serio problema de mal humor -por eso escribe lo que piensa, sin pensarlo-.
Es parte activa de la degeneración espontánea de estos días y padece de insomnio inducido. Su cerebro es como un parque de diversiones… y a veces se queda sin luz. No sabe bailar salsa, no le gusta el jugo de lechosa y no ve televisión.
No es recomendable leerle.
PS: José G. Márquez a veces escribe en tercera persona.
PS2: Ah, también le gustan las posdatas.
demenciadiscursiva.wordpress.com 
Me encanto el articulo que escribiste de Yani, te felicito.
¡Muchas, muchas gracias por leer y comentar!
José, gracias por el articulo que escribiste sobre Yani.
Colocastes sobre el tapete tu gran profesionalismo, sensibilidad humana, empatia y solidaridad con este joven musico que merece justicia por una muerte «gratis».
Recibe mis felicitaciones y un fuerte abrazo.
Fue un total placer para mí escribir sobre su hijo, señora Franca. No fuí su amigo, pero soy amigo de sus amigos. Espero que pronto consigan justicia y que Yani siga cosechando éxitos.
¡Muchas gracias por leer y por esos comentarios tan sinceros!
Acabo de leer tu «Venezuela, país del bullying digital» y aunque odié el título, el cuerpo me encantó. Por lo que escribiste pude deducir que eres muy joven sin embargo lo que dices tiene más coherencia que muchos discursos de profesionales y periodistas por ahí (por ahí en el mundo, no simplemente en Venezuela) No sólo compartiré tu blog sino que será el primero que me comprometo a leer a menudo….
PS: No abandones nunca las postdatas… 😉
Lei el de bullying muy buena narrativa te felicito sigue escribiendo
Muchísimas gracias. Lo intentaré, aunque tengo poquísimo tiempo para dedicarme a mi blog 😦
Mientra leía esto, sentí que me estaba describiendo a mi misma, fue extraño pero sorprendente a la vez
El «Sobre el autor»
P.S: Pero más raro aún, es que, aunque sé que lo escribió alguien más, pienso que yo hubiera escrito exacto lo mismo.
Gracias, José. Disfruté mucho la lectura, gracias por llevarme a La Azulita sin tener que tropezarme con los clichés que tanto gustan a míster Google. Y qué bueno que tu familia es «inteligente», jaja.