Yani: promesa truncada

Eran las tres de la  mañana de aquel 5 de septiembre de 2009. Giovanni Emilio Conte Trezza (conocido por todos como Yani) se encontraba junto a sus amigos en una calle de la urbanización La Bonita, en Caracas, lugar en el que solían reunirse a charlar durante horas, por considerarlo -hasta ese entonces- como uno de los pocos sitios seguros de la ciudad. Tras ellos, al sitio llegaron al menos 10 jóvenes más repartidos en dos rústicos que retumbaban con música a todo volumen, junto a las detonaciones de una pistola de paintball. El conflicto entre los dos grupos comenzó luego de que uno de los amigos de Yani reclamara a los recién llegados que tuviesen cuidado con los disparos de la pistola artificial porque alguien podría resultar herido. Los vecinos llamaron a la policía, un funcionario se apersonó, los regañó y se marchó sin haber hecho mucho (según declararon los presentes tiempo después).

Los muchachos que habían llegado primero decidieron irse para evitar consecuencias mayores, pero no pudieron. De ahí en adelante, las agresiones del segundo grupo al primero pasaron de ser sólo verbales a empujones, patadas y más tarde se convirtieron en heridas con arma blanca. Seis de los chicos que estaban en principio en el lugar resultaron heridos, pero a Yani lo persiguieron hasta su carro, le hicieron chocar y una vez aturdido, lo apuñalaron con saña hasta causarle la muerte. Así es como una estrella apaga su brillo antes de tiempo.

Pronta partida. Yani nació en Caracas el 4 de febrero de 1988. Era hijo único y estudiaba Sociología en la UCV, además de ser un músico con gran talento, era un intelectual divertido, como lo describen sus allegados. A los 14 años recibió su primera guitarra y desde entonces no paró de hacer música. Tanto así era su pasión que perteneció a una lista larga de bandas locales en la que figuran Skalofrios, Khaos, Drömdead, Zeitgeist, Blackout, Metrozubdivision y Despair. Al momento de su muerte, tenía un proyecto como solista, para lo que ya había grabado 10 canciones en las que hizo, él mismo, la batería, el bajo, la guitarra y la voz (Robert Hayling se encargó de los teclados). Era todo un prodigio del efervescente rock nacional.

Leo Rojas, vocalista de Blackout, asegura que Yani siempre tuvo un concepto de vida bastante característico; enfrentó las cosas con ese humor sarcástico que todos recordaremos. Cuando tocamos juntos, a pesar de nuestras diferencias de gustos y estilos, era quien aportaba la diversidad que tanto buscábamos dentro del género. Personalmente, no hay un día que deje de recordarlo.

En tanto, Jeff Rey, integrante de Fiesta on the rocks, opina que a pesar de que se quejaba mucho de todo lo incorrecto que nos rodea día a día, nunca dejó de reír, compartir con sus amigos con una copa de vino en la mano. Es uno de esos amigos que nunca se olvidan. Hoy aún lo extraño.

Homenaje. En honor a su memoria, familiares y amigos del joven cantante decidieron agarrar esos temas y  sacar a la venta un CD post mortem hace algunos meses. La tarea de publicar ese trabajo estuvo a cargo de sus padres, el productor Claudio Ramírez y los cantantes Cecilia Torres (conocida como Sexilia) y Karl, vocalista de Drömdead, entre otras personas.

Hoy en día, a casi un año de su injustificada partida, el disco Sorrow/Hope es uno de los trabajos discográficos más importantes del rock criollo (en mi humilde parecer). Como su nombre y su portada lo indican, la mitad de las canciones podrían transpirar júbilo y la otra desconsuelo. Influenciado por artistas y agrupaciones internacionales como Joy Division, The Cure, David Bowie y Bob Dylan, el disco rescata sonidos del folk, post-punk y el new wave.

El sencillo promocional lleva por título Hope y ya está rotando con insistencia en las emisoras juveniles más importantes del país. El video del single rescata imágenes de Yani mientras grababa el disco y compartía con sus amigos como cualquier persona que quiere comerse al mundo a los 21 años. Todos los temas del trabajo discográfico están en inglés,  poseen la fuerza suficiente como para convertirse en hits y tienen un aire rockero de los 80’s que atrapa desde el intro hasta la última canción. Sobresalen Black day, Sorrow y Acid rain. Sin desperdicio alguno.

Familiares piden justicia.

El domingo que viene se cumple un año de la repentina muerte de la joven promesa del rock, Yani Conte. Hasta la fecha, el CICPC no ha capturado a ninguno de los responsables del crimen. Ante ese panorama, sus familiares y amigos decidieron emprender una campaña en Internet con la que prentenden recordarle a las autoridades que la muerte de su ser querido aún sigue impune. A través de Twitter (@JusticiaporYani) y Facebook, en el grupo «Justicia para Yani», se encargan de darle promoción al video y al primer single del cantante, así como también de exigir que se resuelva el caso y se capturen a los homicidas. Algunos temas de Yani pueden escucharse totalmente gratis en http://www.myspace.com/YaniConte.

WordPress no me deja subir videos (no sé por qué), pero igual puedes ver el clip de Hope dándole click aquí

(publicado por mí el día 29/08/20010 en el suplemento Más Chévere de Últimas Noticias)

Get famous, die young, be a legend – David Sasaki